Me encanta escuchar la voz



Visible luz de lecturas
azules, color azul
¿Qué que sabe tanto el bosque
impoluto, y esa luz
espiritual de un candor,
aquellas manos de Tul?


Hemos sabido de pobres
con inteligencia azul,
y en una vida de ensueños,
con una choza en un cerro,
con aire limpio, en la calma
respirar limpio, eso quiero.


Me encanta escuchar la voz
en una vida de vidas
como animal de misterio,
cómo sólo de las ganas.

©José Ángel Pineda

La vida y la flor



Cuando canta la vida, a nuestra vida
el entusiasmo crece, todo anima,
y todo crece, y entonces arrima
una flor sedienta de poesía.
Siempre quiere sentir esa armonía
con los arpegios de lírica bella,
ella, la vida y la flor, la doncella,
la misma flor sedienta de alegría.

©José Ángel Pineda

Gozar





Espacio y tiempo, prestos a danzar,
música celestial de las estrellas,
maravillas que brillantes y bellas,
iluminan las mentes al cantar.

Son las cosas que debemos gozar,
el canto danza, sobre todas ellas
las miradas que en tus ojos destellas
y que ponen mis manos alumbrar.

Goza de amor, disfruta la armonía,
es el azul que vibra dulce y fiel,
amar danzando amar, oh vida mía

dame tu sabor, de ritmo, agua y miel
que es el deleite de nuestra armonía
de amor, disfrute hermoso de la piel.

©José Ángel Pineda







Sed




Sed

Sed de calor de labios,
abriendo en la aurora, deja las sombras
muy atrás de sus huellas,
la caricia que va quedando sola
por la plenitud de momentos idos
de una dicha fugaz y de solaz;
el calor de esos labios,
necesarios instantes,
debo beber, tomar
del delicado tiento
en el desierto, con la piel ardiente
de ella, sus labios que esperan colmarme.

©José Ángel Pineda

Está vivo el compadre

























Está vivo el compadre

(Humberto Chavarría In Memoriam)



El correo me llegó esta mañana en clave Morse,

y el telégrafo me anunció la partida

de la manivela giratoria,

la bobina, el campo magnético,

la carga de enorme cultura que se fue

con Las hojas de cafeto afinadas.




el silbido, la música reventaba

los tejidos del cielo

ha muerto todo un pueblo

que sabe de su canto y su pasión

y su fascinación...



©José Ángel Pineda

Cantar de Joan




Cantar de Joan

De ese cantar tan sereno,
como la risa bien dada,
como una mujer muy tierna,
cualquiera se enamoraba.
con una pierna pendiente
con la otra pierna escuchaba
escuchaban mis cantares,
era una mujer bien dada.

Siempre la quiero de veras,
siempre la tuve en mi mente,
y siempre estuvo con otros,
siempre de veras, la quise.

Me bota de todos lados,
desamorarme no puedo,
y aunque me tire a la calle,
la sigo porque la quiero.

©José Ángel Pineda

Yo espero


Yo espero lo mejor a cada instante,
cada gota de cariño, un misterio,
cada sonrisa mía, un cautiverio,
cada palabra tuya, es cautivante.

Yo espero ser tu luz, y no te espante,
cada brisa me salpica un criterio,
cada sombra me abraza un magisterio,
cada siempre en tu vida he sido errante.

Yo siempre espero, siempre con esmero,
que las sonrisas tuyas se me crezcan,
que las angustias mías se terminen.

Yo espero que digas, así te quiero,
Yo espero que las noches amanezcan,
Y que todos los días me iluminen.


©José Ángel Pineda ©creatividadpoética

Sentires








Son los que de por sí, tenemos todos,
mi canto es cada vez más fantasía
amorosa, en nuestra íntima alegría,
es el pan compartido entre los dos.

Uno se complica en algunos modos,
las formas son figuras, vida mía,
vida tuya, la misma travesía,
empezamos y seguimos, con todos

nuestros motivos, sentires, pasiones
intensas, y que son una locura
imposible decirlo en las canciones.

A veces una acaba con ventura,
como que el mundo gira en la oración,
palabras exquisitas, y ternura.

©José Ángel Pineda

Soneto abierto





Soneto abierto




Las esencias, los sentires selectos
en un monte soberbio, las quimeras,
luces, privilegios en mieles, fieras
seducciones y encantados dialectos

exóticos, místicos, toscos, dulces
penetran rayos, garganta atrapada.
primera mirada, suave tocada
de la pieza musical, aguadulces

entradas y salidas, en gemidos
y en cantos, ellas se saben, jadean
en deleitosos ritmos de los idos

que riegan los ojos claros, y encienden
lágrimas entre fuegos, se ven hitos
en hitos y fantasías que se hienden.

Y después que se prenden
no hubo nada de cierto en las visiones.
Son una farsa, mis evocaciones.

©José Angel Pineda











Maravilosa rosa

 




La madrugada trascurriendo, viendo
el amor puro silencia, presencia
la herida, la querencia, consecuencia
del aroma de una rosa abriendo, hiendo

ardiente y sutil, consintiendo, siendo
entre la brisa la esencia, sapiencia
de la flor, excelsa inocencia, ciencia
de lo sublime, ascendiendo, sonriendo

dulcemente a la fragancia, elegancia
inquieta y divina ilusión, pasión
que extasía mi vida hermosa, diosa


amada de los ríos de mi infancia
torbellino en expansión, efusión
infinita, maravillosa rosa.

©José Ángel Pineda

Estreno




                                                                                                                                                                                                                                                                            




El comienzo de todo es la mirada,
la vista sutil que todo lo cuenta
en este canto, y una voz que tienta,
esa desnuda piel del alma amada.

Surge de pronto la pregunta ansiada,
no para saciar todos mis antojos,
se vive acariciando los enojos
¿Debo escoger, entre todo, la nada?

La delicia de inicio es el temblor
de las piernas, el prólogo irredento
del cristalino y naciente furor,

solo es una vez el tímido tiento,
la ternura es el especial sabor
¡no importa! encontrar el amor, intento.