La madrugada trascurriendo, viendo
el amor puro silencia, presencia
la herida, la querencia, consecuencia
del aroma de una rosa abriendo, hiendo
ardiente y sutil, consintiendo, siendo
entre la brisa la esencia, sapiencia
de la flor, excelsa inocencia, ciencia
de lo sublime, ascendiendo, sonriendo
dulcemente a la fragancia, elegancia
inquieta y divina ilusión, pasión
que extasía mi vida hermosa, diosa
amada de los ríos de mi infancia
torbellino en expansión, efusión
infinita, maravillosa rosa.
@José Ángel Pineda ©Creatividad poética