¡Qué descansada vida la que huye del mundanal ruido!



¡Qué descansada vida la que huye del mundanal ruido!

Dijo Fray Luis de León,
en su viva apartada,
y aunque es bueno, un viernes lanzar una bailada
con gente acompañante,
nada mejor que tus poemas vivos
acompañados de una lira, de lira ante
de un guitarra, una cítara, una mandolina,
una música, de un árbol,
exquisita fragancia de la selva virgen
aunque solo en la mente exista
la virgen necesaria.
Si te gusta el bailongo ve al cuidado,
y si hay mucha gente cuídate el bolso y la cartera
de ilusiones, de cuero de lagarto
cualquier cosa que portes
cuídala, en esta vida de Dios
tu templo...I está en peligro
la mirada es certera,
las miradas y las manos vuelan,
te pueden dejar sin billetera,
y desplumado
aunque andas poca plata,
sobra un peligro vagabundo,
que la carne está en riesgo,
la comida esta cara
que andar por el mundo no es tan chiche,
¡Qué descansada vida la que huye del mundanal ruido!
¡Sube al árbol divino!




©José Ángel Pineda ©Creatividadpoética