Habita en tu paraíso
el esplendor
la luz, la melodía, la flor,
los dedos girando vertiginosos
como remolinos íntimos,
la gracia, la ternura,
el candor, la dulce sensación
de sentir el talento
de las diosas en movimiento
perpetuo…
en cielos explorados
con ecos, voces, suspiros
silencios, suaves paredes
que aprietan el grito
la calma,
la suavidad, la caricia
del viento, el soplo perfecto
que apenas roza la delicia
del pensamiento,
que levanta lo sensible
dispuesto a lo incomprensible
de la Gracia.
©José Ángel Pineda.
el esplendor
la luz, la melodía, la flor,
los dedos girando vertiginosos
como remolinos íntimos,
la gracia, la ternura,
el candor, la dulce sensación
de sentir el talento
de las diosas en movimiento
perpetuo…
en cielos explorados
con ecos, voces, suspiros
silencios, suaves paredes
que aprietan el grito
la calma,
la suavidad, la caricia
del viento, el soplo perfecto
que apenas roza la delicia
del pensamiento,
que levanta lo sensible
dispuesto a lo incomprensible
de la Gracia.
©José Ángel Pineda.